CARLOS LEZAMA

martes, 15 de febrero de 2011

El poeta de la hoz y el canto:

Juan José Ortizgarcía (Puebla 1950)






De la parva y otras intenciones.( BUAP 2002) y Malabar de la memoria.(BUAP 2004 ) Despuntes y Aglutinaciones (BUAP 2008).





Mediante el presente escrito espero señalar los rubros en que este poeta, originario de la ciudad de Puebla, circunda. Parto por establecer que en la obra poética de Ortizgarcía se cierne una poética claramente bicéfala, donde por una parte, se extiende el sendero de la rabieta, la denuncia, el compromiso social, a la cual entiendo como la vertiente de la hoz, y por la otra, se extiende el sendero del canto meloso, alegre, amoroso, el canto solar diríamos, y esta sería la vertiente del canto.

Si tomamos el camino de categorizar a la ligera -como comúnmente se hace ya sea consciente o inconscientemente -, diríamos tal vez, que se trata del poeta de mayores tonos coloquiales de esta entidad; cosa que ante los yupis y exquisitos críticos de la poesía tendrían por un trabajo rústico y hasta inocente, pero no es así. Mas que carecer Ortizgarcía de herramientas poéticas para llevar a cabo un trabajo de palabrería rimbombante, identifico – y aquí es necesario el hincapié- que esta forma de escribir más tozudamente – aún en su veta luminosa-, está dirigida concienzudamente a intentar crear una poesía fuera del canon establecido –que se logre o no eso el tiempo lo dirá-. Se trata de una poesía menos lingüística, formal, barroca, sino intenta ser más humanizada –habremos también de tener reserva del proceder de este término, probablemente tengamos que esclarecer la denotación del mismo-. Por lo tanto, abordarla desde una crítica sugerida sólo por el mero signo lingüístico sería un craso error que denunciaría más bien el raquitismo análisis del crítico, que se olvidaría de escudriñar los distintos sentidos del texto. El trabajo poético de nuestro autor, nada tienen que ver con el preciosismo, sino con la emoción, el compromiso, lo humano, es decir, con el hombre. Hay que dejar en claro que, aún tratándose de una poesía distinta al neobarroco – por demás aplastante en nuestra entidad-, no padece de musicalidad, que es otro elemento que se expresa meticulosamente cuidado por el poeta.

Ortizgarcía -y esto sería lo digno de destacar – no busca el poema perfecto, sino al hombre, busca despertar lo queda de éste; hurga y reza por hallar entre tanta vanidad y usura, los vestigios de la dignidad, y la posibilidad de desempolvar la senda originaria

para revelársela al hombre. Hay incluso en su trabajo, una suerte de vetas místicas, concepciones auráticas, que más que derivarse de un trasnochamiento, se derivan de la fe en una armonía, y en una memoria primigenia. El amor sería el sustento de dicha armonía y memoria, cuya mayor sublimación del mismo –en el caso de nuestro poeta- sería la mujer, que queda sugerida como la salvación –al menos de Ortizgarcía así sería- del hombre; pero también el amor a Dios, el amor a los seres vivos, el amor a la igualdad – aclaro que es lo que el autor intenta llevar acabo-.

Otros elementos que oscilan en la poesía de Ortizgarcía y a los cuales no debemos perder de vista si queremos un lectura “global” de su trabajo, son los casos del arte pictórico, el erotismo, la ecología, el humor, pero principalmente -y lo que distingue a su obra- la denuncia política, por lo que es evidente el papel relevante de la realidad en su poesía.

Este poeta intenta mediante sus textos invitarnos a reflexionar sobre la congruencia, la conciencia política y moral; abunda en él una fe como en pocos, fe en el cambio, fe en los jóvenes, fe en el amor, fe en las mujeres, fe en la lucha, fe en el día a día, fe en la acción, fe en la justicia; sus versos logran lo que la verdadera poesía, esto es, detenernos un momento no sólo a disfrutarlos, sino también a meditarlos:


La batalla cuerpo a cuerpo es un error de cálculo / cuando los enemigos son tarántulas contra hormigas.


Son estos tipos de versos los que nos hacen entender que la labor del poeta no termina – a pesar de lo que muchos artífices de la palabra sostienen - en la escritura, sino en el despertar conciencia; Ortizgarcía es sin lugar a dudas el poeta de la Hoz y el Canto.

jueves, 10 de febrero de 2011

PREGUNTAS QUE RE EVOLUCIONAN

¿Los sistemas de que somos participes
deberían ser un precedente para realizarnos
la pregunta por nuestro sentido?









¿En el mundo posmoderno, es decir poshumano, poshistórico, posbiológico etc. llegará el momento en que debatamos sobre la posdemocracia; qué tan peligroso o benéfico resultaría ésto? 

¿ Será necesaria para la estabilización  de nuestro planeta la reapropiación del mito ?

RESPLANDORES ( escritos sobre lo humano)

El hombre ha creado dos figuras para enaltecer la defecación y la fornicación: el filósofo y el poeta.



El poeta : Ja, Ja,  Ja, Ja, Ja, Etc.  El filósofo : más etcéteras.



Si he de mencionar al menos un elemento que haya de distinguir a mis coetáneos, es el de su vocación por la farándula. Qué no habré visto: presidentes, papas, filósofos,científicos, poetas etc.   


El hombre en su sueño de ser cisne terminó siendo un parricida.


 Por cada obra capital miles de  holocaustos, desaparézcanse pues las obras capitales.

El hombre es un homenaje al ecocidio.


No dudo en aceptar que en esta sociedad estigmatizadora siempre preferiré ser el estigmatizado.

 
Dios es el cáncer de  nuestra especie.