La pasada semana los poblanos acudieron al llamado extendido por Javier Sicila en el cual se solicitaba llevar a cabo una marcha cuya proclama, anhelo, deseo, exigencia, fue ( y es), en términos generales, el cese de la violencia que está trastornando al país entero. Y sí, ahí estuvimos presentes los gremios o minorías que se esperaban: poetas, narradores, filósofos, dramaturgos, periodistas, sociologos, antropòlogos, la comunidad lesbico-gay, etc. Sin embargo y siendo objetivos, la capacidad de convocatoria fue poca, y lo más alarmante, la ciudadanía popular, la sociedad civil, brilló por su ausencia. El evento no pasó a más, después de la marcha la disgregación sin asomo de propuestas, conclusiones, acciones o algo más. La incapacidad de comunicación esfumó la posibilidad de tejer en esos momento una promisoria red social, y para acabarla de ching... un sistema de sonido que no llegaba más allá de las primeras filas en torno al orador.
La tarea de convocar a la sociedad civil, es precisamente de este sector minoritario que hizo acto de presencia, es labor nuestra meditar en que estamos fallando para lograr convocar -en primera instancia- y después comenzar a formar un tejido social cuya postura sea contundente, clara, precisa. La tarea es enorme, la enajenación resultante es avasalladora, perversa, indolente, y aún asì debe quedar claro que la lucha debe continuar.
Quien no entienda que la lucha contra el imperio (la lucha de clases) nunca acaba, condena a la explotación, detrimento, anulación etc, de los demás. La lucha sigue y seguirá hasta el fin de los días. "SÓLO EL PUEBLO PUEDE SALVAR AL PUEBLO"
Quien no entienda que la lucha contra el imperio (la lucha de clases) nunca acaba, condena a la explotación, detrimento, anulación etc, de los demás. La lucha sigue y seguirá hasta el fin de los días. "SÓLO EL PUEBLO PUEDE SALVAR AL PUEBLO"
Luchar y trabajar, por una vida digna, por la vida humana real.
ATTE. CARLOS LEZAMA
Testimonio fotográfico:
